UNA CASITA DE ENCANTO
Es imposible dejar de sonreír. De encanto, de sorpresa, de ternura – todos se rinden. Después, llega el deseo. De tener y de disfrutar, días tras día, de conocer las noches, los amaneceres, los atardeceres. De saborear las comidas en familia. De descansar, convivir, jugar, recibir a los amigos, disfrutar de la soledad o trabajar en sosiego. De una vida donde la naturaleza se siente, oye, huele, y se hace compañera de todas las horas. Basta lo esencial, un uso práctico, con comodidad, el diseño y la luz perfecta para acoger los colores que quiera, el escenario que más le guste, el concepto más exótico, el fin más inconcebible. En el pequeño lodge cabe un mundo, un mundo sólo suyo, portátil, abierto, que se adapta a muchas ideas y a todos los lugares, en los más variados climas.
En la montaña, en el campo, en la orilla del mar o hasta en el medio urbano, según la necesidad o el alma de cada uno, llevamos y construimos el lodge con que siempre soñó. Pero, claro, privilegiados que somos por la experiencia de décadas en el oficio, primero, le contamos todos los secretos de una casa de madera, la calidad y los beneficios que devuelve a la vida, la creciente pasión que tenemos por los árboles y nuestra íntima relación con su materia prima, que la Ciencia desvela, tan bella, única y diversificada como la gran madre naturaleza. Sí, es una verdadera historia de amor.